Niños, las grandes víctimas de la industria alimentaria. Por Gregoria Cáceres
La obesidad infantil es multifactorial y obedece principalmente a cambios importantes en la alimentación de la población, al patrón de actividad física y a otras causas de índole sociocultural. Uno de los factores que influyen en su desarrollo es la publicidad de alimentos dirigidos niños.
La publicidad de alimentos poco saludables en los horarios de mayor exposición infantil y el uso de técnicas persuasivas de marketing orientadas a los niños, definen un entorno mediático en el que los niños están frecuentemente atacados con mensajes comerciales de alimentos que van en contra de las recomendaciones nutricionales.
La publicidad de alimentos poco saludables favorecen la Obesidad infantil
Se ha identificado una asociación entre la frecuencia de la publicidad de alimentos poco saludables en la televisión y la prevalencia de exceso de peso de los niños. Esto se debe, entre otros factores, a que la publicidad televisiva influye sobre la elección de alimentos en los niños, los pedidos de compra (efecto fastidio) y los patrones de consumo de los niños. Estos patrones se producen en el corto plazo luego de la exposición, relacionados a la marca y al tipo de alimento. Una revisión sistemática reciente mostró fuertes evidencias de que la publicidad televisiva influye en las preferencias alimentarias de los niños de 2 a 11 años de edad.
Diversos estudios que analizan los puntos de contacto entre la exposición a la televisión y el sobrepeso/obesidad, destacan cuatro factores principales de relación:
El tiempo que se pasa frente a la televisión reemplaza el tiempo de ejercicio mientras se mira televisión aumenta el consumo de alimentos de bajo valor nutricional. El aumento de la exposición a la televisión conlleva a un aumento en el consumo de los productos publicitados.
Los niños influyen en las decisiones de compra de sus padres luego de un tiempo prolongado de exposición a la publicidad de alimentos.
Tiempo de exposición de los niños a la publicidad de alimentos no saludables y contenido de la publicidad.
Los estudios internacionales muestran que los niños entre 2 y 17 años ocupan un promedio de 2,5 horas por día viendo televisión. Dentro de ese tiempo están expuestos a un anuncio de comida cada cinco minutos en promedio, principalmente de alimentos poco saludables, con estrategias persuasivas de marketing. Los alimentos que se promocionan presentan, en la mayor parte de los casos, un bajo contenido nutricional ya que son alimentos con alto contenido de grasas, sal, calorías y azúcares.
Los niños pasan de promedio unas 2,5 horas o más al día viendo la televisión
En las publicidades, el consumo de alimentos no saludables se relaciona con sentimientos positivos como diversión, felicidad y ser «cool». Las principales categorías de alimentos que se publicitan son las gaseosas, los cereales de desayuno azucarados, galletitas, golosinas, snacks, platos preparados y comida rápida.
Vulnerabilidad de los niños
Los niños se han convertido en un objetivo importante para las empresas de alimentos. Las empresas utilizan estrategias de marketing dirigidas a los niños aprovechándose de su inexperiencia y credulidad para generar conciencia de marca, preferencia y lealtad. Esta población es especialmente vulnerable a la publicidad de alimentos y bebidas, ya que no tienen la madurez neurológica para entender las intenciones de marketing detrás de los anuncios, y para tomar decisiones autónomas con respecto a una dieta saludable. Varios estudios han encontrado que el pensamiento abstracto, la madurez neurológica, y la plena capacidad para tomar decisiones apropiadas sólo se llevan a cabo después de los 18 años.
Técnicas de persuasión
A partir del análisis de las técnicas de persuasión utilizadas en las publicidades se ha detectado que éstas se utilizan con mayor frecuencia en la publicidad de alimentos no saludables y durante los horarios con mayor exposición del público infantil. Se destaca el uso de personajes y los regalos promocionales como vía para atraer la atención de los niños.
El 70% de los anuncios de comida rápida para niños incluye juguetes u otro tipo de regalos. ¿Se preocupan las marcas por la salud de los más pequeños? Va a ser que no.
Si queremos vender un alimento a un niño de tres a seis años aproximadamente lo que se suele hacer es añadir un regalo a la vez que lo compra. Entre los 6 años y los 12-13 aproximadamente los niños ya tienen capacidad para coleccionar. Pues bien, muchos alimentos saludables se venderían más si incluyeran algún tipo de cromo que sirviese para completar un álbum.
Es más, en los anuncios de comida rápida para niños están representados:
Paquetes de comidas
Promociones de películas
Imágenes del exterior de los restaurantes de comida rápida.
La publicidad prima el engaño visual, para conseguir atraer a la población infantil
Ponen imágenes de películas populares para atraer a los niños, y ponen la imagen de los restaurantes para hacer publicidad de la marca y logotipo, no de la comida. Si además al niño le dan un regalo, éxito seguro.
Lo que se debe de hacer es prohibir que se den regalos con la comida y obligar a que informen del valor nutricional de los alimentos que anuncian.
Políticas de prevención
Es esencial incluir la perspectiva de la prevención de la obesidad infantil en la promoción de políticas integrales y eficaces para reducir la carga de las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT). En este sentido, las políticas de reglamentación en materia de publicidad de alimentos para niños son una importante estrategia preventiva contra la obesidad infantil.
La Organización Mundial de la Salud elaboró un plan de acción mundial para la prevención y control de las enfermedades no transmisibles 2013-2020 donde propone elaborar directrices, recomendaciones o medidas de política que comprometan a diferentes sectores pertinentes a poner en práctica dichas recomendaciones sobre la promoción de alimentos y bebidas no alcohólicas dirigida a los niños, incluidos los mecanismos de vigilancia.
Por otra parte, la protección de los niños frente a la publicidad engañosa de alimentos es una herramienta esencial para proteger el derecho de los niños a la salud y a recibir la información adecuada. Los hábitos alimentarios se construyen en los primeros años de vida y suelen persistir hasta la edad adulta. De esta manera, la creación de un entorno saludable desde la niñez es una forma de prevenir la obesidad y otras enfermedades no transmisibles relacionadas con la nutrición.
La mejor herramienta es la educación alimentaria, impartida a ser posible por profesionales cualificados para ello (sería ideal contar con los Dietistas-Nutricionistas) desde edades tempranas. Aunque claro, eso parece resultar difícil en un sistema donde en los libros de texto de algunos niños aparecen figuras y maracas comerciales que los niños deben asociar.
Haz que los niños se muevan, jueguen, rían, bailen, salten y se diviertan de ser niños y juega tú con ellos.
Hay que insistir a los padres la importancia de mantener una dieta variada, equilibrada y saludable, así como evitar en la medida de lo posible que los niños pasen tanto tiempo delante de la televisión captando los “grandiosos” mensajes de la magnífica industria alimentaria. Ese tiempo sería ideal que lo pasen jugando, aprendiendo y divirtiéndose de manera activa y saludable.
Es muy importante que los niños lleven una dieta saludable y que su tiempo lo pasen jugando, aprendiendo y divirtiéndose .
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Autora: Dietista-Nutricionista Gregoria Cáceres.
TDC NUTRICIÓN
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